De túneles y congresos

Por: Germán Vargas Lleras para el periódico El Tiempo

Cómo no reaccionar a la entrevista de Juan Esteban Gil. Todo un sartal de mentiras.

Me había propuesto no volver a mencionar al polémico director del Invías. Pero, cómo no reaccionar ante su reciente entrevista de despedida y balance en este diario. Todo un sartal de mentiras y contradicciones. No desaprovechó la oportunidad para referirse a las críticas que he hecho a su lánguida y lamentable gestión.

Afirma el señor Gil que Colombia es una potencia mundial en la construcción de túneles. ¿Estará pensando en el túnel de La Línea? El mismo que terminó costando 5 veces más de lo presupuestado y cuya construcción duró 8 años más que los tiempos del contrato original. ¿Por qué no nos cuenta que esto ocurrió por la muy mala estructuración del proyecto hecha por él mismo? Ojalá algún día responda por su decisión de disolver el tribunal de arbitramento, donde la nación reclamaba al contratista 1,2 billones por incumplimientos y perjuicios. Y qué tal la última teoría según la cual en la construcción de túneles no se puede hablar de sobrecostos, pues la metodología es observacional. No era eso lo que pensaba cuando suscribieron el contrato del túnel de La Línea a precio global fijo.

También dijo que el Gobierno había hecho inversiones históricas en vías por 25 billones, cuando estas no llegan a la mitad en obras ejecutadas. En el gobierno anterior sí se hizo una inversión histórica por 21 billones en el Invías, entre otras, para contratar todos los túneles que ahora exhibe como resultado de su gestión.

Y qué tal cuando dice: “Nosotros implementamos el pliego tipo” y que las licitaciones tipo sastre eran la práctica en el gobierno anterior. Qué falsedad. Desde 2015, por recomendación mía, todas las licitaciones tenían pliego tipo, mucho antes de que –también en el anterior gobierno– se expidiera la Ley 1882 de enero 2018. Tampoco reconoce que en ese entonces se tomaron medidas como la creación de las salas seguras para la recepción, revisión, evaluación y calificación de las propuestas. Y, adicionalmente, se instituyó la prueba de polígrafo para todos los funcionarios que participaban en el proceso, incluidos los directivos del Invías. Me pregunto si alguna vez el señor Gil se ha sometido a alguna prueba.

Deliberadamente omite mencionar el programa Colombia Rural, donde se suscribieron 1.219 convenios interadministrativos con alcaldías y gobernaciones. Me temo que la casi totalidad de ellos se adjudicó con proponente único. ¿Quiénes serán los intermediarios de esos contratos? Pura ‘mermelada’. ¿Por qué no nos explica el señor Gil, en este alarde de transparencia, cómo fue que la empresa Meco ganó 6 convocatorias por valor de 1,2 billones estando su propietario privado de la libertad en Costa Rica?

Y dice que no conoce de ninguna irregularidad en el Invías. ¿Qué llamará él irregularidad?

En la Contraloría cursan decenas de investigaciones a esta entidad y sus directivos; 54 alertas tempranas por atrasos sustanciales en contratos por valor de 2,5 billones y varias intervenciones de la unidad de reacción inmediata por otros 690.000 millones.

Recientes informes públicos de la Contraloría exponen hallazgos fiscales por otros 50.000 millones en obras como el puente Pumarejo y el puente Hisgaura, mejor conocido como acordeón, en donde el Invías fue el asesor técnico que lo dio recibido a satisfacción.

No podíamos esperar otra cosa. Todo en el sector va al ritmo de los anuncios de la ‘Vice’ y su ministra. En estos cuatro años, la vía Pamplona-Bucaramanga presenta un avance del 12 % (grupo Solarte); la de Popayán-Santander de Quilichao (grupo Solarte), avance del 0 % y, claro, ningún proceso sancionatorio o de caducidad. Igual suerte tendrá la promesa de entregar el km 58 de la vía a Villavicencio. ¿Y en qué terminará el compromiso sobre la entrega de 20 concesiones 4G el 7 de agosto? Me temo que en nada.

La ‘Vice’ también anunció la apertura de la licitación para el canal del Dique en diciembre. Pero la abrió en marzo y dice que la cerrará el 24 de junio y la adjudicará el 3 de agosto. Todo esto me recuerda mucho la contratación de la Ruta del Sol. Y ya sabemos en qué terminó.

Si Colombia tiene la osadía de celebrar un congreso mundial de túneles, propongo que convoquemos también uno de seguridad vial y, por qué no, uno de justicia y, para rematar, uno de cárceles.

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